Pues ustedes saben muy bien que el día del regreso del Señor llegará inesperadamente, como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: ‘Todo está tranquilo y seguro’, entonces le caerá encima la catástrofe tan repentinamente como le vienen los dolores de parto a una mujer embarazada; y no habrá escapatoria posible.
1 Tesalonicenses 5:2-3. NTV.
Lectura:
1 Tesalonicenses 5:1-11. Versículos del
día: 1 Tesalonicenses 5:2-3.
MEDITACIÓN
DIARIA
Muchos predicadores teólogos afirman que ya es el tiempo del regreso del Señor, pero a ciencia cierta nadie lo sabe. El mismo Señor Jesús lo dijo: “Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Solo el Padre lo sabe” (Mateo 24:36. NTV). El caso es que debemos de estar vigilantes sea que sí o sea que no. Debemos estar haciendo la voluntad del Señor y personalmente creo que la voluntad del Señor está arraigada con el compartir las Buenas Noticias de salvación a diestra y siniestra; a tiempo y a destiempo. Y “Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (Romanos 10:8-10 NVI). El Señor no quiere que nadie se condene, sino que el hombre llegue al arrepentimiento y le busque. Ese es mi propósito al enviar mis devocionales. Al menos poner un granito de arena en la evangelización del mundo. Te sugiero que también busques la manera de hacerlo. El Señor estará muy complacido contigo.
Amado
Señor Jesús: muchas gracias por tu Palabra que es verdad. Verdad que todos
debemos conocer y además darla a conocer. Permite mi buen Jesús que toda
persona que lea este devocional, te entregue su corazón para que seas Tú el
Señor y Salvador de su vida. Permite que te abran la puerta y te dejen seguir
para que seas Tú mismo guiando y llevando a esa persona por el camino que
deseas que ande. Yo te doy gracias por su vida y ruego para que siempre esté de
tu mano. Gracias, muchas gracias bendito Señor y Dios. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
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