¡Cuánto te amo, Señor, ¡fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, la roca en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!
Salmo 18:1-2. NVI.
Lectura:
Salmo 18:6 y 25-36, Versículos del día: Salmo 18:1-2.
MEDITACIÓN
DIARIA
“En
mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios por ayuda. Él me escuchó desde su
Templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!” (v. 6 en la lectura). Así es; el Buen
Señor está atento a nuestras oraciones y clamores, Para el Señor nada de lo que
nos pasa, sea bueno o malo le es indiferente. El Señor siempre está al tanto de
sus hijos y esto me llena de valor porque literalmente Él es mi fuerza, mi
roca, mi amparo, mi más alto escondite.
Sí
Señor ¡Cuánto te amo fuerza mía! Definitivamente, tenerte a Ti lo abarca todo.
Gracias, muchas gracias, bendito Señor y Dios mío. No hay nadie más en quien
pueda refugiarme y buscar ayuda. Gracias porque tu camino es perfecto. Eres la
Roca, Eres quien me armas de valor en mi caminar diario. Eres el más alto
escondite donde puedo ir a refugiarme sin temor alguno. ¡Oh mi Jesús! ¿Qué
sería de mí si no te tuviera a Ti? Gracias por venir un día a mi vida y
quedarte por siempre a mi lado. Eso no tiene comparación alguna; y aparte de
eso, me tienes guardada una hermosa morada en el cielo para continuar allí por
toda la eternidad sin separarme de Ti. Gracias, gracias, mi Señor por tanto
amor ofrecido sin yo merecerlo. ¡Cuánto te amo, Señor! ¡Fuerza mía!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario