miércoles, 22 de enero de 2025

¡Para mi Juanita hermosa!

 

Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos 

Proverbios 17:6. NTV.


Lectura: Proverbios 17:1-7.  Versículo del día: Proverbios 17:6.


MEDITACIÓN DIARIA


¡Qué bonito versículo del día! Casi todas las versiones dicen al respecto, que los nietos son la corona de los viejos. Y digo que bonito porque a la edad madura ya se pueden ufanar las personas de sus logros profesionales, de sus riquezas, de sus talentos, de sus viajes, pero ninguna de estas se lleva la corona que se llevan los nietos. Cuando supe que venía mi primera nietecita, mi corazón volcó de alegría. Recuerdo que estaba en una clase de computación y al saber la noticia en mi teléfono no pude dejar de gritar feliz por el acontecimiento que pronto vería. Mi amiga Sonia que estaba a mi lado, me preguntó y por supuesto me felicitó. ¡Bien recuerdo ese día! Llegaste a coronar como una reina; con risas, cantos, bailes y destrezas que sólo Tú sabes ofrecer para levantar nuestros ánimos caídos. ¡Cómo corre el tiempo! Pero para mí, mi pequeña mujercita, seguirás siendo mi preciosa Muñequita y ¡qué bien te llevas la corona!, porque después de ti han llegado a ese pedestal tres hermosos príncipes, pero la corona de la reina, la sigues portando airosa solamente tú. Mi Juanita, oro a Papito Dios para que a medida que crezcas, crezcas también en estatura, en gracia y en sabiduría delante de Él y de los hombres. ¡El Señor Jesús te bendiga hermosa Muñequita! ¡Te amo con todo mi corazón y esto es para ti!


Bendito Jesús: toma la vida de Juanita y sé moldeándola como sólo Tú lo sabes hacer. Permite que Juanita nunca se aparte de Ti; que siempre lleve impregnado en su corazón tu Palabra que es verdad y luz en su camino. Recuerda Juanita, que el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ámalo con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón su Palabra; habla de ella cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.  Átalas a tus manos como un signo, llévalas en tu frente como una marca y escríbelas en lo profundo de tu corazón. ¡Gracias, gracias mi Señor por su vida!


Un abrazo y bendiciones.

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