Los nietos son la corona de gloria de los ancianos; los padres son el orgullo de sus hijos
Proverbios 17:6. NTV.
Lectura:
Proverbios 17:1-7. Versículo del día:
Proverbios 17:6.
MEDITACIÓN
DIARIA
¡Qué
bonito versículo del día! Casi todas las versiones dicen al respecto, que los
nietos son la corona de los viejos. Y digo que bonito porque a la edad madura
ya se pueden ufanar las personas de sus logros profesionales, de sus riquezas,
de sus talentos, de sus viajes, pero ninguna de estas se lleva la corona que se
llevan los nietos. Cuando supe que venía mi primera nietecita, mi corazón volcó
de alegría. Recuerdo que estaba en una clase de computación y al saber la
noticia en mi teléfono no pude dejar de gritar feliz por el acontecimiento que
pronto vería. Mi amiga Sonia que estaba a mi lado, me preguntó y por supuesto
me felicitó. ¡Bien recuerdo ese día! Llegaste a coronar como una reina; con
risas, cantos, bailes y destrezas que sólo Tú sabes ofrecer para levantar
nuestros ánimos caídos. ¡Cómo corre el tiempo! Pero para mí, mi pequeña
mujercita, seguirás siendo mi preciosa Muñequita y ¡qué bien te llevas la
corona!, porque después de ti han llegado a ese pedestal tres hermosos
príncipes, pero la corona de la reina, la sigues portando airosa solamente tú. Mi Juanita,
oro a Papito Dios para que a medida que crezcas, crezcas también en estatura,
en gracia y en sabiduría delante de Él y de los hombres. ¡El Señor Jesús te
bendiga hermosa Muñequita! ¡Te amo con todo mi corazón y esto es para ti!
Bendito
Jesús: toma la vida de Juanita y sé moldeándola como sólo Tú lo sabes hacer.
Permite que Juanita nunca se aparte de Ti; que siempre lleve impregnado en su
corazón tu Palabra que es verdad y luz en su camino. Recuerda Juanita, que el
Señor nuestro Dios es el único Señor. Ámalo con todo tu corazón, con toda tu
alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón su Palabra; habla de ella
cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes. Átalas a tus manos
como un signo, llévalas en tu frente como una marca y escríbelas en lo profundo
de tu corazón. ¡Gracias, gracias mi Señor por su vida!
Un abrazo y bendiciones.
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