Te pidió que le preservaras la vida, y le concediste su petición; los días de su vida se alargan para siempre.
Salmo 21:4. NTV.
Lectura:
Salmo 21:1-7. Versículo del día: Salmo
21:4.
MEDITACIÓN
DIARIA
Exactamente
como el rey David, yo le pedí al Señor que me concediera la vida cuando tuve
cáncer de seno y cuando me dio pancreatitis. Sé que solamente el Señor con su
gran amor pudo sacarme de los lazos de la muerte. Comparto mi testimonio de
vida, porque el Señor es fiel, amoroso y misericordioso; su gran amor perdura
para siempre; Él es un Dios sanador.
Mira,
el Señor está atento a tenderte los brazos; desea que te acerques a Él para
poder demostrarte cuánto te ama y darte la vida eterna. Te ama tanto que no
dudó en dar su vida por ti. Dios en su infinito amor, mandó a su Hijo Jesús al
mundo para que muriera en nuestro lugar (Juan 3:16), ahí estabas incluido tú. Apocalipsis
3:20 dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la
puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos”. El Señor Jesús te está
haciendo esa invitación; acéptala y permite que Él venga a morar contigo. Jesús
será tu gran amigo y puedes hablarle con toda tranquilidad, tal como lo hacía
el rey David. Ahorita puedes decirle con tus propias palabras que tome tu vida;
yo te puedo sugerir una oración, pero si tu deseo es cambiarla, bien puedes; de
lo contrario dile así:
Señor
Jesús: gracias porque me amas; la verdad, no lo sabía, pero hoy lo entiendo y
deseo abrirte la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Gracias
porque moriste en la cruz por mis pecados, te pido perdón por ellos; toma el
control del trono que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea.
Gracias por perdonar todos mis pecados y darme la vida eterna a tu lado.
Gracias Jesús.
Un abrazo y bendiciones.
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