Jesús es la luz que resplandece para salvar a la humanidad

 

Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. 

Lucas 2:31-32. NVI.

Lectura: Lucas2:25-35.  Versículos del día: Lucas 2:31-32.

MEDITACIÓN DIARIA

Simeón, un hombre justo y devoto esperaba la llegada del Mesías porque le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría sin antes verlo. Cuando María y José fueron al templo para presentar al niño, estaba Simeón allí y tomándolo en sus brazos bendigo a Dios así: “Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (vv. 29-32). Sí; Jesús es: “luz que ilumina a las naciones” (v. 32 en el devocional de hoy); Zacarías, el padre de Juan el Bautista lo nombró en su cántico de alabanza, como el sol naciente: “Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas” (Lucas 1:78-79); el Profeta Isaías desde tiempos antiguos también lo profetizó: El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte una luz ha resplandecido” (Isaías 9:2). Así es, Jesús es la luz del mundo: “Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

Jesús es la luz que resplandece en medio de la oscuridad para salvar a la humanidad.

Gracias, bendito Señor Jesús, porque viniste a liberarnos de la densa oscuridad. Gracias porque el pecado nos separaba del Padre y Tú nos reconciliaste con Él. Gracias porque al conocerte y seguirte andamos por el camino de la luz que Eres Tú. Bendito Jesús, pon en cada uno de los Tuyos el deseo de compartir tu mensaje, para que los que anden en tinieblas también puedan transitar Contigo y tu luz los guíe hacia la Patria Celestial. Gracias, muchas gracias, bendito Señor Jesús. ¡Te amamos!

Un abrazo y bendiciones.