Desde el cielo el Señor contempla a los mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios. Pero todos se han descarriado; a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!
Salmo 14: 2-3.
Lectura: Salmo
14:1-7. Versículos del día: Salmo
14:2-3.
MEDITACIÓN DIARIA
“No hay nadie que haga lo
bueno; ¡no hay uno solo!”, Esto es una realidad; se tiene la convicción de que
tal persona o fulanito es bueno y aquí la Palabra de Dios, nos dice que ¡no hay
uno solo! Y en exclamación como reafirmándolo más. Precisamente por eso tuvo
Dios que enviar a su Hijo Jesús al mundo, para que Él viniera a redimirnos con
su preciosa sangre. La Biblia dice: “pues todos han pecado y están privados de
la gloria de Dios” (Romanos 3:23). El hombre fue creado para que tuviera una
relación perfecta con Dios, pero debido a su egoísmo, buscó su propio camino y
esa relación se interrumpió (Adán). Desde ese momento entró el pecado al mundo.
Esa actitud de rebelión es evidencia de lo que la Biblia llama pecado. “Pero
Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
¡No hay uno solo! Pero Cristo murió en nuestro lugar. Por eso es necesario
aceptar y recibir a Cristo personalmente en nuestra vida, para que Él sea el
puente entre Dios el Padre Celestial y nosotros. Lo podemos hacer a través de
una oración; orar es hablar con Dios. Si deseas hacerlo te puedo guiar con una
corta oración. Lo importante es la actitud de tu corazón que sea sincera. Dile
así:
Señor Jesucristo: Gracias
porque me amas; entiendo que te necesito. Perdona mis pecados; hoy decido
abrirte la puerta de mi corazón para que seas mi Señor y Salvador. Ven a ocupar
el trono que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por
perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario