En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla.
Juan 1:4-5. NVI.
Lectura:
Juan 1:1-13. Versículos del día: Juan
1:4-5.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
Señor me puso a leer nuevamente el Evangelio de Juan; tal vez, lo he leído
muchas veces, pero hoy, me parecía como si nunca lo hubiese leído. Son tan
profundos esos primeros versículos que me atraparon y quedé inmersa en ellos. El
Verbo, desde el comienzo ya existía, Él lo hizo todo; lo creó todo. En Él
estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Luz que resplandece en la
oscuridad y nadie ha podido apagarla. Mi buen Jesús, el Verbo, la vida, la luz.
“sin él, nada de lo creado llegó a existir” (v. 3). Yo, yo existo porque mi
Señor quiso crearme. Mi vida estaba envuelta en su luz y su luz resplandece en
la oscuridad. Sí, sí; con razón dice otro pasaje de la Biblia: “¡Levántate y
resplandece que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!
(Isaías 60:1). Amén; ¡Gloria al Señor! Sí; mi Señor vino a mí para traerme su
luz y para decirme: ¡Levántate, Dora! Resplandece en este mundo lleno de
tinieblas; un mundo sin Dios, un mundo lleno de violencia, lleno de temor,
lleno de indiferencia. Un mundo, en donde ya el amor no existe. Pero, tú,
levántate porque tu luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no puede
apagarla.
Mira,
este mensaje no solamente es para mí; sin duda alguna, lo es también para ti.
Amado
Señor: gracias porque Tú Eres la Luz que brillas en la oscuridad y a la vez, la
Luz que permites que otros vengan a Ti. Eres la Luz que ilumina mi ser y me
invitas a levantarme y llevar a otros tu Luz. Luz que alumbra el camino así
haya tinieblas en él. Mi buen Señor, dame el denuedo, la fortaleza para seguir
sin tropezar y poder resplandecer llevando a otros a que conozcan tu Luz. Gracias
mi Jesús por tu mensaje lleno de amor y de esperanza. Permite que todo el que
lea este devocional, entienda que Eres la Luz verdadera y a quien deben seguir.
Gracias por tu Palabra que inspira, que penetra hasta lo más profundo. ¡Te amo
mi Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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