Mi corazón te ha oído decir: Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: Aquí vengo, Señor.
Salmo 27:8. NTV.
Lectura:
Salmo 27:7-10. Versículo del día: Salmo
27:8.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
rey David con ese corazón tan sincero con el Señor, le habla con franqueza
porque le ha oído decir ‘ven y conversa conmigo’ y él le responde: ‘Aquí vengo Señor’ y le sigue
clamando: “¡ten misericordia y respóndeme!”; “No me des la espalda; no rechaces
a tu siervo con enojo. Tú siempre has sido mi ayudador. No me dejes ahora; no
me abandones, ¡oh Dios de mi salvación!” (vv. 7 y 9). ¡Qué hermoso es dejar en
las manos de Dios nuestras angustias y debilidades! Era tanto su amor por el
Señor que sabía muy bien que su Señor estaba por encima de lo más preciado e incluso de sus padres. “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá
cerca” (v. 10).
Aprendamos
del rey David a conversar sinceramente con el Señor. Abrámosle el corazón;
llorémosle a Él. El Señor está listo a atendernos y respondernos. El amor del
Señor es inmutable, no cambia. Él es el mismo ayer, hoy y por siempre. Tú, que
estás leyendo este devocional haz del Señor, tu Todo.
Bendito
Señor Jesús: muchas gracias porque cada día nos demuestras más tu amor. Amor
que deseas ofrecernos sin pedirnos nada a cambio. Gracias, gracias buen Señor.
Gracias porque Eres el mejor de los amigos, el mejor de los hermanos y así como
te decía David, Eres el mejor por encima de mi padre y de mi madre. ¡Tú Eres el
Todo para mí! ¡Te amo mi Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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