lunes, 24 de febrero de 2025

Vengan todos y adoremos al Rey del universo

 Les daré un solo corazón y un solo propósito: adorarme para siempre para su propio bien y el bien de todos sus descendientes 

Jeremías 32:39. NTV.


Lectura: Jeremías 32:36-41.  Versículo del día: Jeremías 32:39.


MEDITACIÓN DIARIA


Miremos desde atrás las promesas del Señor y tomémoslas igualmente para nosotros, que somos ahora su pueblo escogido: “Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Les daré un solo corazón y un solo propósito: adorarme para siempre para su propio bien y el bien de todos sus descendientes. Y haré un pacto eterno con ellos: nunca dejaré de hacerles bien. Pondré en el corazón de ellos el deseo de adorarme, y nunca me dejarán” (vv. 38-40).


El Señor Jesús permita que ese tiempo de adoración se vea pronto en la Iglesia. Oremos para que el Señor nos dé tanto un corazón como un propósito dispuesto a adorarle como es su voluntad. Creo que la adoración es la manera más íntima, en nuestra relación con el Señor. Lo importante es no dejarlo para después; empecemos de una vez:


Amado Señor: venimos ante Ti con corazón contrito y humillado a ofrecerte nuestro sacrificio de adoración. ¡Te amamos Señor! Te damos infinitas gracias por habernos rescatado de las garras del enemigo; solamente Tú buen Jesús pagaste y te inmolaste por esta humanidad caída. Muchas, muchas gracias, bendito Señor y Dios Nuestro. Eres Tú quien mereces toda nuestra adoración y rendición; Eres Tú la Rosa de Sharon, el Dios que nos ama y sigues a nuestro lado para llevarnos de tu mano prodigiosa. ¡Aleluya! Que los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, te adoren y proclamen que ¡Tú Eres el Señor! ¡Eres el Cordero de Dios! ¡Eres el León de Juda! ¡Eres la raíz de David! ¡Que todos juntos proclamemos que Tú Eres el Rey de reyes y Señor de señores! ¡Gloria por siempre a Ti mi buen Jesús! ¡Te adoramos y exaltamos tu Nombre bendito Señor! ¡Gloria, gloria Aleluya! Que todos lo sepan: hombres, mujeres, niños, adultos que sólo Tú salvas, que sólo Tú moriste por nuestros pecados y que solamente Tú Eres el camino a Dios Padre. ¡Gloria, gloria Aleluya a Jesús nuestro bendito Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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