martes, 4 de febrero de 2025

Gracias por tu cuidado aun desde antes de nacer

 Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. 

Salmo 22:10. NVI.


Lectura: Salmo 22:9-10 y 22-31.  Versículo del día: Salmo 22:10.


MEDITACIÓN DIARIA


Qué hermoso es saber que aún desde antes de nacer, el Señor ya cuidaba de nosotros. Nos lo dice aquí este Salmo y nos lo vuelve a confirmar el Salmo 139 más adelante: “Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano. Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo”; “Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos” (Salmo 139:5-6 y 16).


¡Gracias, muchas gracias, bendito Señor! Gracias porque ya en tu libro, tenías escrito mi nombre sin siquiera yo haber abierto los ojos a este mundo. Sí, sí; ante mi comprensión no alcanzo a entender tanto amor por mí. Eres Inigualable mi Señor y Dios. Me imagino escribiendo en tu libro: ‘Dora C. es para mi reino; es una ovejita más de mi redil; cuidaré de ella en su vida terrenal, me será útil en la divulgación de las Buenas Nuevas y luego la traeré nuevamente a casa conmigo’. No sé mi Señor si es mucho atrevimiento pensar que eso dijiste de mí. Tómalo por favor como una oración sincera hacia Ti. Sólo sé mi Señor, que no tengo más que palabras de agradecimiento por tanto bien otorgado por Ti, a través de mi vida. Gracias porque fuiste Tú quien me buscaste a mí; yo sin merecerlo y pusiste tus ojos sobre los míos para decirme: ‘mía eres tú’, ¡con tan grande amor! Gracias, muchas gracias, mi Señor y Dios. ¡Te alabo y te doy toda la honra y gloria porque sólo Tú la mereces! Gracias Papito Dios por tu amado Hijo Jesús que murió por mí y gracias, buen Jesús por dejarme al Precioso Espíritu Santo para no sentirme sola y abandonada. ¡Te amo Santísima Trinidad! Santo, santo Dios Padre, me gozo en saber que soy tu hija; Santo, santo Jesucristo, te doy gracias por venir a redimirme; Santo, santo Precioso Espíritu Santo, Tú me llenas con tu dulce presencia. Sí, sí: ¡Te amo Dios Trino!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: