En cuanto a nosotros, no podemos más que agradecerle a Dios por ustedes, queridos hermanos, amados por el Señor. Siempre estamos agradecidos de que Dios los eligió para que estén entre los primeros en experimentar la salvación, una salvación que vino mediante el Espíritu—quien los hace santos—y por creer en la verdad. Él los llamó a la salvación cuando les anunciamos la Buena Noticia; ahora pueden participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
2 Tesalonicenses 2:13-14. NTV.
Lectura:
2 Tesalonicenses 2:13-17. Versículos del
día: 2 Tesalonicenses 2:13-14.
MEDITACIÓN
DIARIA
Claramente
aquí nos lo dice el apóstol Pablo, que es el Espíritu Santo obrando en cada uno
de nosotros, cuando recibimos por fe al Señor. Jesucristo. Recordemos que no fuimos
los que elegimos al Señor, fue Él por su inmenso amor, misericordia y perdón
que nos buscó para que llegáramos a sus pies (Juan 15:16a), y en esto el Espíritu
Santo tuvo mucho que ver. Él fue quien
intercedió y motivó hasta alcanzar el objetivo y nosotros rendirnos a Jesús.
Miremos
la secuencia: el amor del Padre es tal, que nos dio a su Hijo Jesús: “Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). El
Señor Jesús vino para darnos una vida con propósito (Juan 10:10b); pero la
indiferencia del hombre hacia Dios crea un abismo que lo separa a causa del
pecado: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”
(Romanos 3:23); ahí es cuando el Señor Jesucristo viene a ser la provisión del
pecador porque Él murió en nuestro lugar: “Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos
5:8). Así que no existe otro camino para llegar a Dios Padre: “Jesús le dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
(Juan 14:6). El Señor Jesús es el puente que une al hombre pecador con el Padre
Celestial; por eso debemos recibirlo personalmente. “Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios” (Juan 1:12); y lo recibimos por fe: “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9); “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él
conmigo” (Apocalipsis 3:20). Todos los versículos son RVR1960.
Jesús
espera por ti, ábrele la puerta de tu vida. Te puedo guiar con una oración como
esta:
Señor
Jesús: Sé que me amas y que moriste por mis pecados; gracias por tanto amor. Te
pido perdón por mis pecados y hoy decido abrirte la puerta de mi vida para que
vengas a morar conmigo; deseo que seas mi Señor y Salvador. Toma el control del
trono que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por
perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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