Es el amor que ni las muchas aguas pueden apagar

 Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo. Fuerte es el amor, como la muerte; el celo, inconmovible como el sepulcro. Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. 

Cantares 8:6-7. NVI.

Lectura: 1 Corintios 4-7.  Versículos del día: Cantares 8:6-7.

MEDITACIÓN DIARIA

Hoy estamos celebrando en Colombia el ‘Día del amor y la amistad’; de ahí mi devocional. Tomé dos porciones separadas de la Biblia para hablar del amor. Cantar de los Cantares es el Libro de la Biblia que nos enseña sobre la relación del matrimonio entre la esposa y el esposo. También teniendo en cuenta a Cristo como el esposo, se aplica este amor a la Iglesia, su novia, por la que ha de volver el Señor. No podía hablar del amor sin referirme a lo que nos dice al respecto Dios en su Palabra y que es la lectura del día: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7).

¿Sí estamos dispuestos a brindar ese amor? ¿Amor que no es envidioso, presumido ni orgulloso; amor que no es rudo ni egoísta; que no guarda rencor ni se enoja fácilmente? ¿Amor que todo lo cree, lo disculpa, lo espera y lo soporta? Ese es el amor que ni las muchas aguas pueden apagar, ni los ríos pueden extinguir. ¿Sabes? Y es el amor que Cristo ofreció por ti al morir en una cruenta cruz y que está disponible para ti. Definitivamente lo digo con toda certeza, para dar ese amor al cónyuge, al amigo(a) e incluso a un desconocido, primero tienes que conocer el amor de Dios a través de su Hijo Jesús. Yo te invito a orarle así:

Señor Jesús: hoy te reconozco como Hijo de Dios que viniste a morir por mis pecados y quiero conocer el amor de Él a través Tuyo. Te pido perdón por mis pecados y decido aceptarte en mi vida como mi suficiente Señor y Salvador. Toma el control del trono que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por tanto amor ofrecido; gracias porque ni las muchas aguas pueden apagar ese amor incondicional Tuyo; gracias por perdonar mis pecados, limpiarme y darme el gozo de la salvación Contigo. Enséñame a manifestar ese mismo amor en todas mis relaciones y por donde quiera que me lleves. Amén.

FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD

Un abrazo y bendiciones.