Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón del campo ni recojan todas las espigas que queden de la mies. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios.Levítico 23:22.
Lectura: Levítico 23:15-22. Versículo del día: Levítico 23:22.
MEDITACIÓN DIARIA
Dios siempre se ha
acordado de los pobres y necesitados. No solo en Levítico habla de dejar parte
de lo cosechado para ellos, para los extranjeros y las viudas; también se
refiere en Deuteronomio (24:19-21) y (Éxodo 23:10-11). Después en Rut nos
confirma la obediencia a esta ley cuando dice: “Después, cuando ella se levantó
a recoger espigas, él dio estas órdenes a sus criados: —Aun cuando saque
espigas de las gavillas mismas, no la hagan pasar vergüenza. Más bien, dejen caer algunas espigas de los
manojos para que ella las recoja, ¡y no la reprendan!” (Rut 2:15-16). Los
Salmos y Proverbios también nos habla de dar a los pobres y de la bendición que
recibimos al hacerlo (Salmo 41:1-3; Proverbios 11:24-25 y 19:17). En el Nuevo
Testamento igual: “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida
llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a
otros, se les medirá a ustedes” (Lucas 6:38).
No hay duda alguna: el amor caritativo de Dios se demuestra a todo lo
largo de las Escrituras.
Pidámosle al Señor que
ponga en nuestros corazones el ser dadivosos con los necesitados. Este el amor
que Dios nos demanda y cuando lo practicamos, recibimos cúmulos de bendiciones. El que siembre generosamente, también
cosechará generosamente.
Amado Señor: Gracias
por tus enseñanzas que día tras día nos regalas. Enséñanos hoy, a compartir con
los necesitados. Gracias porque tu respuesta a estas acciones será de ricas
bendiciones para todos los que obedeciendo tu Palabra, ponen en práctica tan
especial mandato.
Un abrazo y
bendiciones.
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