viernes, 5 de julio de 2024

Señor tengo sed de Ti

 En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. 

Juan 7:37-38. NVI.


Lectura: Juan 7:37-44.  Versículos del día: Juan 7:37-38.


MEDITACIÓN DIARIA


Creo que el pecado asedia; la misma naturaleza pecaminosa nos empuja a lanzarnos a los pies de Jesús como almas sedientas. Recordemos cómo empieza el Salmo 42; “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” (Salmo 42:1-2 RVR1960). ‘Tener sed de Dios’ es una añadidura a su gracia. Esta sed espiritual nos hace correr hacia Él; llorar en sus brazos y decirle que lo amamos, pero lo más hermoso es esperar su respuesta, porque de verdad nos conduce a frescas aguas donde nos hace reposar y descansar. Descansar ya, sin el peso del pecado, de la culpa. Descansar en su regazo.


No temas acercarte al Señor: Él espera por ti. Solamente dile con tus propias palabras lo que sientes y Jesús estará listo a responderte. Descansa en sus brazos. Si te parece te puedo guiar con una corta oración:


Señor Jesús: te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Estoy agotado, exhausto y no tengo a donde ir. Entiendo que te necesito; perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Toma el control del trono que yo manejo y sé Tú conduciéndome a tus ricas aguas. ¡Tengo sed de Ti! Gracias por perdonarme y limpiarme. ¡Gracias por calmar mi sed!


Un abrazo y bendiciones.

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