¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Marcos 4:41b. NVI.
Lectura: Marcos 4: 35-41. Versículo del día: Marcos 4:41.
MEDITACIÓN DIARIA
No sé qué me impresiona más, si saber que con solo una
voz de mando: “¡Silencio! ¡Cálmate!” (v. 39), el viento y el mar le obedecieron
al Señor; o la admiración que produjo este hecho en sus discípulos: “¿Quién es
este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”. Tal vez, no es que ellos no
creyeran en su Maestro, sino que cada día Él los impresionaba más. Lo habían
visto sanar enfermos, resucitar muertos, echar fuera demonios, pero ahora…,
definitivamente era diferente. ¡La naturaleza entera obedeciéndole con solo
escuchar su voz! ¡No podían creerlo!
Quizá nos pasa igual. El Señor nos ha impresionado con
maravillas en la vida, pero tal pareciese que nuestra fe no nos alcanza para
creerle que puede hacer cosas mayores. O sea: hemos creído en un Dios muy
pequeñito, no en el Dios Todopoderoso creador del universo y que por lo tanto
toda su creación está a sus pies llámense: cielos, tierra, mares, seres
vivientes como flora o fauna e incluso lógicamente el hombre. Si somos su
creación, no podemos tapar su boca; puede seguir moldeándonos cuando le
parezca, como puede callarnos igualmente; se nos olvida que: “A pesar de todo,
Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos
somos obra de tu mano” (Isaías 64.8).
Señor y Dios nuestro: Alabamos y bendecimos tu Nombre
por siempre, recordando que Eres el Dios Supremo; el Sabio Todopoderoso. Eres
nuestro bendito Padre, que desea enseñar a sus hijos a creer no
solamente en Él, sino especialmente a creerle a Él. Sí, Señor; Eres el
Dios del universo dispuesto a recuperar a un pueblo incrédulo por uno
completamente nuevo y renovado en su fe. ¡Gracias, muchas gracias buen Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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