Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.
Proverbios 31:30.
Lectura: Proverbios 31:10-31. Versículo del día: Proverbios 31:30.
MEDITACIÓN DIARIA
El temor al Señor es el
principio de la sabiduría; por consiguiente la mujer que busca del Señor va a
ser una mujer sabia. Será la mujer que todo hombre desea como esposa y como
madre. Sabrá muy bien que si ella se encuentra bajo la cobertura divina, él
puede estar tranquilo y confiado. Esta mujer entiende exactamente lo que dice
el versículo del día: la belleza con el tiempo se acaba; por eso hay que cuidar
ante todo la hermosura espiritual que será la que perdurará.
Vemos que la mujer
sabia edifica su casa con alegría y dedicación; para ella nada se le vuelve
carga y todas las faenas de su hogar las cumple a cabalidad. Tiene contentos
tanto a su esposo como a sus hijos y trabajadores e incluso le sobra para tenderle
la mano al menesteroso. Es una mujer tan inteligente que hasta se viste
con elegancia y gracia para agradar a los suyos. Y por supuesto está atenta a
la economía de su casa administrando muy bien las finanzas familiares. ¿Qué hombre se resiste ante
una mujer así? ¡Ninguno! Porque esta clase de dama es codiciada por muchos. “Sus hijos se levantan
y la felicitan; también su esposo la alaba” (v. 28). A ti caballero me dirijo: si has conocido o
tienes una mujer a tu lado así, tienes el mayor tesoro en casa. Cuídalo y
protégelo como a vaso frágil.
Propongámonos ser
mujeres de Proverbios 31 para que igual, nos lleguen a decir: “Muchas mujeres
han realizado proezas, pero tú las superas a todas”. Este debe ser el elogio que más nos llene y
del que vale sentirnos orgullosas.
Señor amado: enséñanos
a ser las mujeres ejemplares de las que habla este capítulo de Proverbios. Deseamos que todos los que nos rodean se
sientan gustosos de estar a nuestro lado. Te rogamos que ante todo nos hagas
espirituales sin olvidar aquello que la mujer debe poseer: un poco de vanidad y
un poco de picardía que la hermosee. Gracias bendito Dios por tu Palabra en la
que nada se escapa.
Un abrazo y
bendiciones.
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