Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
Lucas 2:11.
Lectura: Lucas
2:1-20. Versículo del día: Lucas 2:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Así es: lo dicho por
los profetas en tiempos atrás se cumplió a cabalidad: la joven virgen concibió (Isaías
7:14); nos ha nacido un niño (Isaías 9:6); nació en Belén Efrata una aldea
pequeña dentro de Judá (Miqueas 5:2). José y María tuvieron que desplazarse
hasta ese sitio porque Dios moviendo sus fichas hizo que el emperador Augusto
de Roma declarara un censo y todos tenían que ir a sus ciudades de origen. José
quien era descendiente de David tuvo que ir con María y fue allí donde nació
Jesús (vv. 1-7). Las profecías sobre su nacimiento se cumplieron. Por eso la
Navidad es alegría porque es la demostración no solo del amor de Dios por el
hombre pecador al enviarnos un Salvador, sino porque a través del cumplimiento
de sus profecías, nos demuestra su fidelidad y su poder. Ver realizadas estas promesas,
no solamente las concernientes con su nacimiento sino también las de su pasión,
muerte y resurrección acrecientan nuestra fe, y nos dan la seguridad que las
predichas sobre su segunda venida se cumplirán de igual manera.
Volviendo a nuestra
lectura, el ángel les dice a los pastores: “Encontrarán a un niño envuelto en
pañales y acostado en un pesebre” (v. 12). El amor de Dios Padre al enviar a su
Hijo al mundo no es otra cosa que desear la salvación del género humano: “Porque
tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree
en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Siendo la misión
de Jesús la redención de todo ser, hay que permitirle a Él que entre en cada
corazón. Ahora que celebramos su nacimiento, déjale también un rinconcito tuyo
y permite que crezca en tu vida. Si no sabes cómo hacerlo, te diré que solamente
con una sencilla oración puedes lograrlo. Te invito a orar conmigo así:
Amado Jesús: al ver las
profecías cumplidas sobre tu nacimiento creo y deseo que también nazcas en el
pesebre de mi corazón. Toma mi vida, perdona mis pecados y hazme de acuerdo a
lo que deseas de mí. Gracias buen Jesús por hacerlo. Amén.
Un abrazo y
bendiciones.
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