lunes, 11 de diciembre de 2017

Eres Tú quien mereces toda honra y gloria en Navidad

Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. 
Juan 14:6.

Lectura: Juan 14:1-14.  Versículo del día: Juan 14:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien decía Tomás que no conocía el camino (v. 5). Era sincero ante su Maestro; aún no lo había entendido. No comprendía todavía nada a pesar de haber estado a su lado, de haberlo escuchado y de haber visto su grandeza y poder. Muy seguramente eso puede pasar con frecuencia en los que han confesado a Jesús como su Salvador y Señor pero que solamente con el tiempo llegan a tenerlo como Salvador. Se han olvidado de lo que pronunciaron con sus labios cuando lo confesaron: Jesús se convirtió solamente en su Salvador porque al fin de cuentas lo ven más cómodo pero así no es. Tenemos que aprender a verlo como nuestro Señor; esto quiere decir, que tomemos en serio su señorío en todas las áreas de nuestra vida.
Sobre este tema habló nuestro Pastor en el servicio del domingo y algo que aprendí muy bien fue el deber de enseñarles a nuestros pequeños la verdad de la Navidad. Hay que mostrarles que es por Jesús que se celebra esta fecha. El protagonista no es papa Noel, ni Santa; es el Señor Jesús quien siendo Dios se hizo hombre y nació en un humilde pesebre. Recordemos que esta verdad es la que sembraremos en nuestros hijos: “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades” (Deuteronomio 6:6-9).
Así que todos los nuestros desde los pequeños hasta los mayores sepan que en la Navidad se honra a Jesús quien es el único Camino, la única Verdad y la única Vida para llegar a Dios Padre.

Amado Jesús: Queremos homenajearte en tu cumpleaños. Eres Tú quien mereces toda honra en Navidad y deseamos que seas el verdadero Señor de nuestras vidas y adorarte como lo mereces. Gracias por haber venido al mundo para mostrarnos el camino que nos conduce al Padre Celestial. ¡Te alabamos y te damos todo loor y gloria por los siglos de los siglos!

Un abrazo y bendiciones. 

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