Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
2 Pedro 3:9b.
Lectura: 2 Pedro
3:1-18. Versículo del día: 2 Pedro 3:9b.
MEDITACIÓN DIARIA
Otra versión dice que
el Señor es paciente por amor; no quiere que nadie sea destruido sino que todos
lleguen al arrepentimiento. Por eso es tan importante que los que ya le
conocemos nos preocupemos y sacudamos más, con el fin de alcanzarlos para
Cristo. “¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más
bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo”.
(Ezequiel 28:23).
Sería bueno que nos
preguntáramos ¿qué sentimos cuando sabemos de un ser querido o conocido
simplemente, que no tiene al Señor en su vida y se encuentra al borde de la
misma? ¿Nos da igual o somos susceptibles y nos angustiamos por esa situación? En
la parábola del gran banquete el amo le ordena al siervo lo siguiente: “Sal de
prisa por las plazas y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a
los inválidos, a los cojos y a los ciegos”; y más adelante: “Entonces el señor
le respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que
se llene mi casa. (Lucas 14:21 y 23). Los pobres, inválidos, cojos y ciegos son
los que no tienen esperanza de vivir. Son los que están azotados por las
drogas, postrados en una cama, al borde del suicidio o simplemente vagando con
rumbo desconocido y no conocen al Señor. Tenemos que ir por ellos para que
también sean partícipes de la gloria eterna. A veces pareciera que creemos ser
los únicos que tenemos derecho a la salvación y así no es: “En verdad, Dios ha
manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación” (Tito 2:11).
Reflexionemos y seamos firmes en velar porque las almas no se pierdan. Mañana
puede ser tarde.
Amado Señor: Gracias
por tu Palabra y lo que a diario nos enseñas. Danos el denuedo y la voluntad
para ir en busca de los perdidos y llevarlos a participar del banquete que
ofreces. Permite que nuestro corazón se llene de amor y compasión por ellos y salgamos
de prisa a buscarlos por donde quiera que vayamos. Gracias buen Dios.
Un abrazo y
bendiciones.
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