Tú, oh Dios, me has librado de tropiezos, me has librado de la muerte, para que siempre, en tu presencia, camine en la luz de la vida.Salmo 56:13.
Lectura:
Salmo 56:1-13. Versículo principal:
Salmo 56:13.
MEDITACIÓN
DIARIA
Personalmente
considero que el compromiso que tengo con el Señor es muy grande; ha conseguido levantarme no solamente en
múltiples tropiezos, sino también me ha arrebatado literalmente de las garras
de la muerte. Me pregunto: ¿con qué fin?
Y obtengo la respuesta aquí en el versículo: “para que siempre, en tu
presencia, camine en la luz de la vida”.
No
solamente tenemos que aprender a dar gracias a Dios por situaciones como estas,
sino también a tener en cuenta otras cosas, como contar el testimonio de lo
hecho, y ante todo continuar llevando una vida aun más integra, ya que su amor
y fidelidad nunca acabarán. “Porque grande es tu amor por mí: me has librado de
caer en el sepulcro” (Salmo 86:13). Me ha cautivado, para que de igual manera vaya
a anunciar las buenas nuevas; a sanar corazones heridos y proclamar libertad a
los cautivos. A esperanzar a los que están en duelo; a llevarles aceite de
alegría y traje de fiesta para alentarlos y reanimarlos, tal y como yo lo he sido
(Isaías 61:1-3).
Amado
Señor: Gracias porque no han sido uno ni dos, sino múltiples tropiezos en donde
has tenido que poner tu mano sobre mí para sacarme avante. Gracias porque
tampoco ha sido una sola vez que me has librado de la muerte; y eso Dios, las
que tengo bien presente. Sin embargo sé,
mi buen Señor, que en múltiples ocasiones has obrado de tal manera para que mis
pies no resbalen. ¡No tengo cómo
agradecerte tanto favor que me has otorgado! Alabo y bendigo tu nombre porque eres Excelso. ¡La gloria y el honor son para ti! Enséñame a seguirte cada día, minuto y
segundo de mi vida, con la vehemencia que esperas de mí.
Un
abrazo y bendiciones.
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