viernes, 15 de marzo de 2013

Arrepentimiento y perdón: dádivas de Cristo



 —Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día,  y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. 
Lucas 24:46-47.


Lectura: Lucas 24:1-49.  Versículos del día: Lucas 24:46-47.

MEDITACIÓN DIARIA

Que se levante Dios. Que huyan todos sus enemigos y se disperse la gloria del Señor (Salmo 68:1), para que se pueda predicar su Palabra, la escrita desde tiempos antiguos por los profetas.  El Señor se lo confirmaba a sus discípulos: “Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (v.44).  Sin embargo, les costaba creer.  En los tiempos actuales sucede exactamente lo mismo.  Dios es una mentira; Jesús un ícono, objeto de burlas por unos y de fraudes por otros.  Aun así, no podemos callar; Jesús es quien dijo ser: el Hijo de Dios; el Cristo que vendría al mundo, padecería y después resucitaría para que en su nombre se predicaran el arrepentimiento y perdón de pecados a todas las naciones.  Es obligación hacerlo empezando por nuestra Jerusalén que viene a ser los de nuestra casa, trabajo o vecinos.
“¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!” (v. 25).  Tenemos que permitir que se esparza la gloria de Dios por todo lugar y se conozca quien es en verdad Jesús de Nazaret.  Ya no hay más tiempo para pensarlo; el mundo está en un caos espiritual y tiene sed de Dios. Si no lo hacemos los creyentes, vendrán otros y los llevarán por caminos equivocados. Seamos diligentes y demos a conocer al Señor justo y poderoso; a la raíz de Isaí que ha vencido y el Libro abrirá.  Que seamos artífices de muchos nombres colocados en aquel Libro.

Amado Señor: Nosotros sabemos que eres el Mesías que habría de venir. Te conocemos y hemos presenciado tu gloria. Te pedimos que nos des el denuedo para hablar de ti a tantos que no te conocen y tienen necesidad de llegar a tus píes.

Un abrazo y bendiciones.

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