sábado, 5 de enero de 2019

Lavados y limpios como blanca lana


¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal!    ¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!”. Isaías 1:16-17. NVI.

Lectura: Isaías 1:1-20.  Versículos del día: Isaías 1:16-17.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor reprende a los de su pueblo. Está harto de sus holocaustos. “¿De qué me sirven sus muchos sacrificios?  —dice el Señor—” (v. 11); “No me sigan trayendo vanas ofrendas” (v. 13). Son tan malos como lo fueron los jefes de Sodoma y Gomorra; los compara con ellos. Pero con su amor y misericordia que siempre están latentes les exhorta a lavarse y limpiarse; a dejar de hacer el mal y a hacer el bien.
Será que nosotros los de su pueblo, ¿somos iguales? Sin duda alguna. El pueblo del Señor ha crecido en cantidad, pero no en calidad. No valora su obra redentora y por ende su gracia. Es hora también de pedir perdón y de limpiarnos. Su exhortación es clara: “Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el Señor—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!” (v. 18). La conversión del pecador tiene que ser total. Y si caemos, el Señor es fiel y justo para precisamente perdonarnos y limpiarnos (1 Juan 1:9).

Amado Señor Jesús: venimos a Ti con corazón contrito y humillado a pedirte perdón porque te hemos ofendido haciendo lo que no te agrada. Perdona nuestros pecados; lávanos y límpianos para que quedemos blancos como la nieve y la lana. Gracias por tu misericordia buen Dios. Eres tan especial que, a pesar de volver al pecado, estás ahí con tu Santo Espíritu para convencernos de nuestras culpas y restaurar nuestra relación Contigo. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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