¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre; proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche!
Salmo 92:1-2.
Lectura: Salmo
92:1-15. Versículo del día: Salmo
92:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
Empezar el día con
acción de gracias al Señor por el descanso que nos ha dado y la oportunidad de
tener un nuevo amanecer donde podemos ver la luz del sol, sentir su calor,
escuchar el canto de las aves y respirar el aire para oxigenarnos es bueno, saludable
y reconfortante para nuestro espíritu. Esto
es anunciar su amor en las mañanas, diciéndole cuán felices estamos de poder
vivir un día más. A lo largo de ese día podemos alabarlo por sus grandes
maravillas (vv. 4-5), bien sea porque hay un sol esplendoroso o una lluvia
torrencial, porque ahí también está su mano bondadosa. Y qué no diremos si
tenemos la oportunidad de ir al campo, observar sus montañas, ríos o llanuras; o
ir a la playa y regocijarnos con sus olas, gaviotas, cangrejos y garcitas. Es
que si detallamos cada paso que damos, vamos a encontrar motivos suficientes
para alabarle y adorarle como lo merece.
Ya al terminar antes de
acostarnos, repasar cada uno de los acontecimientos vividos, y reencontrarnos
nuevamente con nuestro Dios proclamando su fidelidad en todo momento. Fidelidad
que cubre con su amor, protección y enseñanza; además de la experiencia que nos
ha quedado del día que pasó.
Sí buen Dios: Es tan
maravilloso estar vivos y despiertos porque es la oportunidad que tenemos para
exaltarte y reconocer que eres Majestuoso y Soberano. Muchas gracias por la
vida que nos das. Alabamos y bendecimos tu Nombre porque te tenemos a Ti que
eres un Dios Justo, Santo y Poderoso y
porque nos has hecho partícipes de esta creación tuya teniendo cuidado de nosotros
tanto en el día como en la noche.
Un abrazo y
bendiciones.
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