¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te ha sanado.Lucas 18:42.
Lectura: Lucas 18:35-43. Versículo del día: Lucas 18:42.
MEDITACIÓN DIARIA
Este mendigo ciego grita para hacerse
sentir y que el Señor lo sane. Había escuchado hablar de Jesús de Nazaret y
tenía la convicción de que si el Señor le ponía atención, sería sano; y así
sucedió.
Nosotros tenemos que aprender a
movernos con esa misma fe, creyendo firmemente que si nos acercamos a Dios, como lo decía en el
devocional anterior, nos oye y tendremos las peticiones que le hayamos hecho.
Si nos fijamos, solamente tenemos que ser humildes y arrimarnos junto a Él.
Igual lo hizo la mujer sanada del flujo de sangre, ella pensaba que tan solo
tocando su manto sería sana, y de ese modo ocurrió. En ambos casos el motor de
su actuación fue la fe. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción
de lo que no se ve (Hebreos 11:1), y es la que tenemos que poner a funcionar.
Nuestra vida cristiana se mueve a través de la fe. Por consiguiente también es
importante curarnos de la ceguera espiritual, ya que esta no nos permite
vislumbrar toda la bondad y el amor que el Señor nos tiene. Interfiere en el
camino como una piedra que nos hace tropezar, solamente con la intención de no
permitirnos ver la gloria de Dios fluir en nuestras vidas.
Amado Señor: Limpia nuestros ojos espirituales
y permite que nos dirijamos a Ti con mirada nítida y clara para contemplarte y
ser conscientes de tantos favores recibidos. Aumenta nuestra fe de tal manera
que sepamos que con tan solo acercarnos, ya nos has concedido las peticiones
que te hemos hecho. Gracias buen Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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