¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros.1 Samuel 15:22.
Lectura: 1 Samuel
15:1-35. Versículo del día: 1 Samuel
15:22.
MEDITACIÓN DIARIA
Saúl perdió el reino
por no obedecerle a Dios. De la misma manera nosotros muchas veces perdemos
buenas oportunidades en nuestra vida, porque queremos hacer las cosas a nuestra
manera convencidos de que estamos agradando al Señor y resultamos agraviándolo
por no obedecerle. Si creemos que ya nos las sabemos todas en el cristianismo y
nos volvemos arrogantes y soberbios sin ponerle atención a lo ordenado por el
Señor, estamos cayendo en el mismo pecado de Saúl. Toda decisión tiene una
consecuencia sea buena o mala: por eso, lo mejor es simplemente obedecer y no
suponer. Si suponemos, nos vamos a desviar. Saúl supuso que llevar prisionero a
Agag, rey de Amalec era una gran cosa; igual preservó lo mejor del ganado y supuso
que lo mejor era ofrecerlo al Señor como
holocausto (vv. 8 y 9), y he ahí, su pecado. Rechazó la palabra del Señor pasando
completamente por alto la orden dada: “Destruye por completo todo lo que les
pertenezca; no les tengas compasión” (v. 3).
Dios no está interesado
en los sacrificios; a Él lo que le importa de verdad es un corazón dispuesto a
obedecerle. La rebeldía y la arrogancia son pecados tan graves como la
adivinación y la idolatría, y fácilmente podemos caer en esto. Meditemos: ¿le
estamos obedeciendo a Dios, o estamos alimentando nuestro ego?
Amado Señor: Permite
que estemos dispuestos a obedecerte tal como Tú lo ordenas, sin ponerle tintes
de ningún color a tus mandatos. Tú eres Dios y Padre; nosotros simplemente tus
hijos. Tú lo sabes todo mientras nosotros creemos sabérnoslas todas y pasar por
encima de Ti, quien eres nuestra autoridad. Perdona todo pecado de rebeldía y
arrogancia que exista en nuestro corazón.
Un abrazo y
bendiciones.
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