¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón? ¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?Salmo 13:2.
Lectura: Salmo
13:1-8. Versículo del día: Salmo 13:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Tengo una gran amiga
que está luchando por ser capaz de separarse de su esposo quien la maltrata
física y psicológicamente y también se hace la misma pregunta del salmista:
¿Hasta cuándo voy a seguir angustiada, estresada y humillada? Personalmente
considero que cada persona es libre y autónoma de tomar decisiones drásticas en
momentos cruciales. Si la persona afectada no se levanta y dice: ‘no más’,
nadie puede hacer por ella, lo que solamente a esa persona le corresponde. Y no
es el caso exclusivamente de mi amiga, también conozco incluso hogares donde la
situación es al revés: mujeres dominantes, pendencieras, agresivas, rencillosas
y ellos, no son capaces de hacerse sentir. La Biblia dice que es mejor habitar
en el desierto que estar al lado de una mujer así (Proverbios 21:19).
Me ocuparé de las
mujeres agredidas por hombres machistas que todavía consideran al sexo femenino
como débil e incompetente y tal vez, su misma inseguridad los vuelca a
enfrentarse hacia ellas porque muy seguramente frente a otro hombre no son
capaces de hacerlo. ¡Les falta hombría! Mi amiga dice: ‘¡si no salgo de esa
casa me voy a volver loca!’ y hasta las ganas de vivir se le han fugado. Yo la
entiendo y muy bien. Pienso que tiene que hacerse valer, aunque se haya
demorado tanto. La mujer fue creada para que fuera ayuda idónea del hombre;
sacada de cerca al corazón porque necesita mucho amor y de un costado porque
necesita de unos brazos que la mimen y protejan. No fue obtenida de los pies
para que la pisoteen y arrastren; aunque tampoco de la cabeza para que sea ella
la que domine al hombre. En su inmensa
sabiduría Dios a cada uno le dio una misión para cumplir. Pero señores, déjenme
decirles que sobre ustedes recae la mayor responsabilidad porque deben de amar a sus esposas como
Cristo amó a su Iglesia que se entregó por ella para hacerla santa, pura y
limpia y poderla presentar radiante, sin mancha ni arruga alguna. Así mismo
dice este pasaje, debe amar el esposo a su esposa (Efesios 5:25-28). Con todo respeto: ¿Si son
ustedes capaces de amar de ese modo a sus esposas?
Amado Señor: Te ruego
por todas las mujeres que son víctimas de sus propios maridos y que por temor y
falta de recursos tienen que aguantar una vida indigna. Gracias Padre porque Tú
dices que eres el esposo para la maltratada y humillada. Ella ya no será más avergonzada; Tú la llamarás como
a esposa abandonada y mujer angustiada de espíritu. ¡Gracias por tu sostén
Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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