Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.2 Pedro 1:5-7.
Lectura: 2 Pedro 1:1-15. Versículos del día: 2 Pedro 1:5-7.
MEDITACIÓN DIARIA
La fe nuestra debe de estar
impregnada de virtud, de entendimiento, de dominio propio, de constancia, de devoción
a Dios, de afecto fraternal y de amor.
Todo esto es necesario para alcanzar las preciosas y magníficas promesas (v. 4).
Estas cualidades, dice el apóstol, nos ayudarán para crecer en el
conocimiento de Cristo, evitando que nos volvamos improductivos e inútiles (v.
8).
Es por esto que se repica una y
otra vez quizá sobre lo mismo, pero con la intención de afianzar en cada uno,
la verdad de nuestro Señor Jesucristo (v. 12).
Muchas veces nos suena aburrido
escuchar sobre lo mismo, pero es la mejor manera de entender y llegar al
conocimiento completo. Recordemos que la
fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17) Crecer en el conocimiento de Cristo es
volcarnos a querer imitarlo como el ejemplo a seguir. Cristo es el modelo para el cristiano y poco a
poco nos va impregnando lo suyo, hasta alcanzar su semejanza (2 Corintios 3:18). Alcanzar esta semejanza y llegar a la meta,
implica un esfuerzo.
Si nuestro deseo es
identificarnos con el Señor, entonces no pueden prevalecer los deseos de la
carne por encima del fruto del Espíritu.
El egoísmo, la envidia, la mentira, la falsedad, el mal genio, la ira,
el robo o hurto, la fornicación, el adulterio o cualquier inmoralidad sexual ya no tienen cabida en nosotros. O
estamos con el Señor o estamos en contra de Él. “Precisamente por esto, esfuércense”. La clave para crecer en el conocimiento de
Cristo, está vinculada con el esfuerzo.
El esfuerzo nos impregna un dominio propio que poco a poco va
transformando el carácter. El esforzarnos implica insistir, continuar, no
decaer. En palabras más, palabras menos; es: insistir,
persistir y no desistir. Si queremos
bendición, necesitamos rendición.
Amado Señor: Tú eres nuestro
modelo a seguir. No importa cuántas
veces hayamos escuchado lo mismo; lo importante, es saber que nos amas y
quieres que cada día nos parezcamos más a ti.
Te clamamos porque pongas en cada uno de nosotros el poder de tu Santo
Espíritu, para que sea Él quien transforme nuestras vidas hasta llegar a la
plenitud tuya.
Un abrazo y bendiciones.
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