miércoles, 21 de agosto de 2013

Esforzándonos para ser como Él




Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento;  al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.  
 2 Pedro 1:5-7.


Lectura: 2 Pedro 1:1-15.  Versículos del día: 2 Pedro 1:5-7.

MEDITACIÓN DIARIA

La fe nuestra debe de estar impregnada de virtud, de entendimiento, de dominio propio, de constancia, de devoción a Dios, de afecto fraternal y de amor.  Todo esto es necesario para alcanzar las preciosas y magníficas promesas  (v. 4).  Estas cualidades, dice el apóstol, nos ayudarán para crecer en el conocimiento de Cristo, evitando que nos volvamos improductivos e inútiles (v. 8). 
Es por esto que se repica una y otra vez quizá sobre lo mismo, pero con la intención de afianzar en cada uno, la verdad de nuestro Señor Jesucristo (v. 12).   Muchas veces nos suena aburrido escuchar sobre lo mismo, pero es la mejor manera de entender y llegar al conocimiento completo.  Recordemos que la fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17)    Crecer en el conocimiento de Cristo es volcarnos a querer imitarlo como el ejemplo a seguir.  Cristo es el modelo para el cristiano y poco a poco nos va impregnando lo suyo, hasta alcanzar su semejanza (2 Corintios 3:18).  Alcanzar esta semejanza y llegar a la meta, implica un esfuerzo.
Si nuestro deseo es identificarnos con el Señor, entonces no pueden prevalecer los deseos de la carne por encima del fruto del Espíritu.  El egoísmo, la envidia, la mentira, la falsedad, el mal genio, la ira, el robo o hurto, la fornicación, el adulterio o cualquier inmoralidad sexual  ya no tienen cabida en nosotros.   O estamos con el Señor o estamos en contra de Él. “Precisamente por esto, esfuércense”.  La clave para crecer en el conocimiento de Cristo, está vinculada con el esfuerzo.  El esfuerzo nos impregna un dominio propio que poco a poco va transformando el carácter. El esforzarnos implica insistir, continuar, no decaer.  En  palabras más, palabras menos; es: insistir, persistir y no desistir.  Si queremos bendición, necesitamos rendición.

Amado Señor: Tú eres nuestro modelo a seguir.  No importa cuántas veces hayamos escuchado lo mismo; lo importante, es saber que nos amas y quieres que cada día nos parezcamos más a ti.  Te clamamos porque pongas en cada uno de nosotros el poder de tu Santo Espíritu, para que sea Él quien transforme nuestras vidas hasta llegar a la plenitud tuya.

Un abrazo y bendiciones.  

No hay comentarios: