Enséñame, Señor, a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin.Salmo 119:33.
Lectura: Salmo 119:33-48.
Versículo del día: Salmo 119:33.
MEDITACIÓN DIARIA
No podemos dejar que el mundo nos envuelva en sus imprecisiones
o descalabros; para eso debemos mantenernos alerta. El salmista sabía muy bien en quien había
creído y cómo debía mantener su fe: orando sin cesar; además esto es lo que se
nos manda hacer (1 Tesalonicenses 5:17).
Orar sin cesar, teniendo siempre en todas las acciones y pensamientos al
Rey por excelencia. No quiere decir que debemos estar en posición de rodillas y
ojos cerrados todo el tiempo; es cuestión de actitud y de involucrarlo en todo
lo que realicemos. Además, Él es quien
merece toda nuestra adoración y pleitesía.
Ante Él, es que se doblará toda rodilla y toda lengua lo confesará
(Romanos 14:11).
Pidámosle al Señor que nos dé entendimiento para dirigirnos
por sus sendas (vv.34-35 en la lectura); que nos envíe su gran amor y salvación
de acuerdo a su promesa, para tener cómo responder a quienes nos desprecian
(vv. 41-42). Que nos permita vivir con
entera libertad para ser capaces de hablar ante gobernantes y poderosos (vv.
45-46). Que la ley del Señor esté completamente
arraigada en nosotros: “Yo amo tus mandamientos, y hacia ellos elevo mis manos;
¡quiero meditar en tus decretos!” (v.
48).
Amado Señor, permite que diariamente nos acordemos de pedirte
que pongas tu ley en nuestros corazones de tal manera que ella nos encamine
siempre por la senda del bien y no pequemos contra ti.
Un abrazo y bendiciones.
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