miércoles, 1 de agosto de 2012

Todo tiene un propósito


¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!.   
1 Crónicas 16:11.

Lectura diaria: 1 Crónicas 16:1-36.  Versículo principal: 1 Crónicas 16:11.

REFLEXIÓN

En días pasados hablaba de acercarnos en oración al Señor ante el trono de su gracia, y lo decía también porque siempre el Señor me habla, ante todo, primero a mí.  Yo oraba por estos días y a la vez quería transmitirle a mi familia descargar toda ansiedad, toda aflicción, todo dolor a los píes del Señor frente al trono de su gracia, ante una noticia nada agradable sobre mi sobrinita a quien después de haberle practicado un examen médico el diagnóstico era demoledor: tumor cerebral. 
Mi hijita decía: “mi tío no sería capaz de resistir otra muerte más de un hijo”, y eso lo pensábamos todos.  Los mensajes que les enviaba y las palabras para ellos siempre fueron precisamente buscar refugio y fuerza en El que todo lo puede.  A todos cuantos supieron les pedí tener en oración a la niña y su familia y de hecho también hice la petición en la iglesia a donde asisto.
Ayer en la tarde ellos tenían la cita con el médico neurocirujano y para sorpresa este especialista que entre otras es un gran profesional, les dijo que no había nada de qué preocuparse porque la lectura del radiólogo no concordaba con lo que él veía en las placas. ¡Gloria a Dios!  La tranquilidad volvió para todos en especial para sus padres y hermanos.  Sin embargo para que ellos queden más tranquilos le mandó realizar a mi sobrina un “TAC”.
Ante toda esta situación y confusión, estoy convencida que Dios tenía un propósito, y era el de mostrarnos su poder y grandeza al buscar refugio en su Presencia: “¡Cántenle, cántenle salmos!  ¡Hablen de sus maravillosas obras!  ¡Gloríense en su nombre santo!  ¡Alégrense de veras los que buscan al Señor!” (vv. 9-10).  Mi hermano me decía: “Sí, busquemos al Señor, Él nunca nos ha desamparado” no sé si eran más palabras que lo animaban personalmente o queriendo simplemente con ellas afianzar su fe.  Ahora sí que tienen fundamento porque de verdad su nombre es Santo y toda la gloria y honra son para nuestro Amado Señor.
Personalmente estoy convencida que cada vez que ocurre un hecho insólito o calamidad en nuestras vidas es porque Dios quiere tenernos muy cerca de su corazón.  Desea que haya más comunión no solamente con Él sino entre hermanos como lo somos.  Definitivamente buscamos más el rostro del Señor en las situaciones adversas porque cuando todo marcha bien, fácilmente nos olvidamos de ensalzarlo y darle gloria.  Dios quiere que nuestros ojos estén siempre fijos en Él y que nada ni nadie nos aleje de su presencia.

Hoy más que nunca mi Señor, te quiero decir: Gracias, gracias Dios Todopoderoso y Sublime.  “¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!  Díganle: “¡Sálvanos, oh Dios, Salvador nuestro!” (v. 34-35).  Sí Señor, eres nuestro Salvador, nuestro pronto auxilio en tiempos de angustia.  Gracias porque tú eres la respuesta a todas nuestras inquietudes y en ti podemos confiar.

Un abrazo y bendiciones. 

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