Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.
Proverbios 8:13. NVI.
Lectura: Proverbios 8:1-36. Versículo del día: Proverbios 8:13.
MEDITACIÓN DIARIA
Este capítulo de Proverbios nos habla de buscar la
sabiduría de Dios. Hay que buscarla como a un gran tesoro por eso nos exhorta
así: “Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el
oro refinado. Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más
deseable se le compara” (vv. 10-11). Es que si somos sabios vamos aprender a
ser prudentes y discretos. Tendremos el conocimiento necesario para saber qué
es lo que Dios desea de nosotros. Nos lleva a amar al Señor de tal modo que no
queremos defraudarlo haciendo lo malo. Dejando a un lado el orgullo, la
arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso dice el versículo del día.
Meditemos a ver si en verdad estamos viviendo de
manera sabia delante de Dios. Infortunadamente, el orgullo es un pecado difícil
de reconocer y de los que más daño hace. Igual sucede con el vocabulario.
Recordemos que de lo que hay dentro del corazón, habla la boca. Si Dios manda
buscar la sabiduría, hagámosle caso. El apóstol Santiago afirma que, si no la tenemos,
se la pidamos a Dios; Él nos la dará generosamente (Santiago 1:5). Pidámosela: es mucho mejor tenerla que no
tenerla. “En verdad, quien me encuentra halla la vida y recibe el favor del
Señor. Quien me rechaza se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la
muerte” (vv. 35-36 en la lectura).
Amado Señor: Queremos llevar una vida fructífera llena
de victoria y para esto necesitamos comportarnos sabiamente como es tu deseo.
Precioso Espíritu de Dios, Tú nos conoces y sabes lo que nos falta para aprender
a vivir en plenitud Contigo. Llena nuestro corazón de abundante sabiduría para
aplicarla diariamente en el diario caminar. ¡Muchas gracias buen Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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