jueves, 13 de septiembre de 2018

Corregir es amar


El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión. 
Proverbios 13:1. NVI.

Lectura: Proverbios 13:1-25.  Versículo del día: Proverbios 13:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Si no fuera tan importante la corrección, Dios no nos lo hubiera recalcado tanto a través de su Palabra. No hay que tomar la disciplina a manera de rechazo o de odio como algunos la ven; al revés, la disciplina tal como nos la plantea el Señor es un acto de amor. Considero que esto es un proceso que se va formando en el niño desde sus primeros años; cuando va creciendo va aprendiendo que es para su bien. De este modo, si se ha criado dentro de las reglas de Dios, va a entender mejor en el momento en que tenga que ser disciplinado directamente por Él. Porque Dios como buen Padre nos disciplina también (Hebreos 12:5-6).
Pero si al niño no se le instruye ni se le forma, llegará el momento en que se burlará y “Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa” (v. 13). A veces creemos que amar es dar gusto en todo cueste lo que cueste. No; así no es. Bien dice en la lectura que la enseñanza es fuente de vida y libera de los lazos de la muerte (v.14). Hay que enseñar ante todo a amar a Dios sobre todas las cosas; hay que enseñar a amar al prójimo respetándolo y ayudándolo; hay que enseñar normas de educación, de civismo, de cultura, de tolerancia. Todo esto entra dentro del proceso disciplinario. Considero que hay que amar la disciplina: “El que desprecia la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende la corrección recibe grandes honores” (v. 18). Y algo muy cierto con lo cual termina la lectura: “No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo” (v. 24). No despreciemos la disciplina, aun en la adultez nos hace bien.

Buen Señor: gracias por enseñarnos a amar la disciplina y a entender que viene de parte tuya. Queremos ser sabios y no necios. De igual manera, te rogamos que pongas en el corazón de los padres el deseo de hacer las cosas a tu modo y se atrevan a disciplinar a sus hijos sabiendo que les hacen un bien no un mal. Gracias porque el obedecerte en este campo traerá satisfacciones y grandes recompensas. ¡Te alabamos Bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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