jueves, 22 de diciembre de 2016

Las profecías se cumplen y se seguirán cumpliendo

Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
 Isaías 7:14.

Lectura: Isaías 7:10-25.  Versículo del día: Isaías 7:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Tanto Isaías como Miqueas, profetizaron sobre el nacimiento del Mesías. Alrededor de 700 años antes de su nacimiento Isaías predijo que una joven lo concebiría y le pondría el nombre de Emanuel. Se corrobora en el NT: “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel (que significa Dios con nosotros)” (Mateo 1:22-23).
También dijo Isaías: “Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte,     Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6).
María y José se encontraban en Nazaret de Galilea, y Dios moviendo sus fichas soberanas, hace que Augusto César, emperador de Roma levante un censo, donde cada quien tiene que ir a su ciudad de origen a inscribirse y como José era descendiente de David y oriundo de Belén, subió para registrarse junto con María su esposa. Estando allí, llegó el momento de María para dar a luz (Lucas 2:1-7). Todo guiado estrictamente por la mano de Dios para que se cumpliera lo escrito por Miqueas: “Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales”. Miqueas 7:2. Igualmente profetizado unos setecientos años antes del suceso.
Estas profecías descritas en el Antiguo Testamento y cumplidas en el Nuevo, nos corroboran más la exactitud de la Biblia como Palabra de Dios y nos dan la certeza de que el Señor Jesús volverá por segunda vez, ya no como el Mesías sufriente sino como el Mesías reinante; también profetizado que lo hará al final de los tiempos.
La Navidad nos confronta con las predicciones que vendrán. Con el nacimiento del Señor Jesús, entramos en el periodo de la gracia. Su venida al mundo fue un regalo para la humanidad (Efesios 2:8-9). De cada uno depende si lo acepta o lo rechaza. Es el mejor regalo que hemos recibido porque es el que nos da el pase para la vida eterna. El Señor volverá por su Iglesia y se llevará a todos los que le han aceptado como el Salvador personal de sus vidas. Esta época nos hace reflexionar sobre quién es Jesús y la misión que vino a cumplir. Permitámosle a Jesús que nazca en nuestras vidas.

Amado Jesús: Las mismas profecías sobre tu nacimiento, nos dan pie para saber que todo lo que dices en tu Palabra es verdad. Hoy te pedimos que vengas a llenar el área espiritual de aquellos que no te conocen como Señor y Salvador. Gracias por haber venido al mundo y por permitirnos estar a tu lado cuando te hacemos partícipe de nuestras vidas.

Un abrazo y bendiciones. 

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