En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento. Efesios 1:7-8.
Lectura: Efesios
1:1-14. Versículo del día: Efesios
1:7-8.
MEDITACIÓN DIARIA
En Cristo Jesús tenemos
una lluvia de bendiciones que quizá nunca detallamos como debería ser. Dios
Padre nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en las
regiones celestiales porque estamos unidos a Cristo (v. 3). En Cristo, no solamente tenemos la redención
por medio de su sangre derramada para perdón de nuestros pecados, sino que por
la riqueza de su gracia y bondad compró nuestra libertad; y también esa
abundante gracia, se desbordó en ofrecernos sabiduría y entendimiento.
¡Su bendita gracia!
Cuánto bien nos ha traído. No éramos dignos de ella; pero Jesús tomó nuestro
lugar y nos absolvió de la pena de muerte que merecíamos. Él cargó con nuestros
pecados y además de eso nos hizo herederos, herederos de una patria celestial:
la vida eterna que nos corresponde porque ya estamos marcados con el sello del
Espíritu Santo, que es la garantía o promesa de la herencia eterna con Cristo
(vv. 13-14).
En conclusión, su
gracia derramada nos da vida aquí en la tierra y esperanza de una gloria futura.
¡Gloria a Dios por mirarnos con tanto amor y misericordia!
Amado Señor: Gracias
por las innumerables bendiciones que recibimos solamente por creer en Ti y
tenerte como Señor y Salvador de nuestras vidas. Gracias porque podemos gozar
aún mucho más allá de lo imaginado con bendiciones espirituales, en lugares
celestiales desconocidos todavía y que nuestra mente no alcanza a discernir. Tanta bondad y amor regalados nos deja
maravillados. Solo queremos decirte buen Señor que eres nuestro Todo y que
fuera de Ti no encontramos un fin para vivir. ¡Tú lo abarcas todo con tu
inmensa gracia!
Un abrazo y
bendiciones.
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