—Sea por poco o por mucho —le replicó Pablo—, le pido a Dios que no sólo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy, lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.Hechos 26:29.
Lectura: Hechos 26:1-32. Versículo del día: Hechos 26:29.
MEDITACIÓN DIARIA
Lo que Dios hace en
nuestra vida diariamente vale mucho.
Nuestro testimonio es una torre fuerte no solo en momentos de angustia y
de amargura, sino también cuando estamos compartiendo a otros la Palabra. Pesa, porque es nuestra propia experiencia. Igual que Pablo todos tenemos un antes para
contar, como un después. Pablo, les
relata al gobernador Festo y al rey Agripa el momento de su conversión, cuando
el mismo Señor se le reveló diciéndole “¿Por qué me persigues?” (v. 14). Quizá a la mayoría, no nos sucedió tan vivencialmente
como al apóstol, pero estoy convencida que a lo largo de esta carrera
vertiginosa de la mano del Señor, su gloria se ha manifestado, no una, sino muchísimas
veces más.
Cuando podemos hablar
en primera persona sobre sus maravillas, muy seguramente otros tantos dirán
igual que el rey Agripa: “—Un poco más y me convences a hacerme cristiano” (v.
28). Tal vez, tampoco sepamos si eso
ayudó para su conversión. El caso es que la Palabra de Dios no regresa vacía;
cumplirá el propósito de Dios en cada uno (Isaías 55:11).
Mi clamor a través de estos
devocionales se asemeja al de Pablo: quiera Dios que por poco o por mucho, este
mensaje toque tu corazón y llegues al convencimiento de su verdad. No solo tú que lo lees; sino todos los que te
rodean de igual forma: lo reciban, lo crean y lo vivan.
Amado Señor: Muchas
gracias porque tu bendito Nombre se ha exaltado a través de tu poder desplegado
en mi vida. No permitas Señor que mi boca calle y se canse de contar tu
grandeza. Lléname de tu Santo Espíritu para tener el denuedo de compartir y que
por mi testimonio, ellos también crean y se conviertan a ti.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario