sábado, 12 de enero de 2013

Un corazón dispuesto



Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y  respondí: —Aquí estoy. ¡Envíame a mí! 
Mateo 6:8.


Lectura: Mateo 6:1-10.  Versículo del día: Mateo 6:8.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor primero toca nuestras vidas para venir y perdonarnos: “Con ella me tocó los labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado»”. (v. 7); para luego sí, esperar la disposición de nuestra parte.  Disposición que debe de estar en todo corazón cuando conoce las bondades de Dios. Recordemos que entre otras, es un mandato dejado por el Señor a sus discípulos antes de subir al cielo (Mateo 28:19-20); y si le hemos recibido como Señor y Salvador se sobrentiende que también lo somos.  Por tanto nos corresponde obedecerlo.
Cuando compartimos a una persona y esta se convierte al Señor, dice la Biblia que hay fiesta en el cielo y por consiguiente nosotros también recibimos el gozo de la labor cumplida.  No dejemos de hacerlo ni perdamos el impulso si ya comenzamos.  Serán lindas coronas que nos estaremos adjudicando.  Roguemos al Señor porque en este nuevo año, el compartir sea una labor victoriosa.  Que siempre brote de nuestros labios: “Aquí estoy. ¡Envíame a mí!”.

Amado Dios: Te pedimos que pongas en nuestro corazón el querer como el hacer por tu buena voluntad, para llegar  a tantos necesitados que desean saber de ti y tienen hambre y sed de justicia divina.

Un abrazo y bendiciones.

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