Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y respondí: —Aquí estoy. ¡Envíame a mí!Mateo 6:8.
Lectura: Mateo 6:1-10. Versículo del día: Mateo 6:8.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor primero toca nuestras
vidas para venir y perdonarnos: “Con ella me tocó los labios y me dijo: «Mira,
esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado»”.
(v. 7); para luego sí, esperar la disposición de nuestra parte. Disposición que debe de estar en todo corazón
cuando conoce las bondades de Dios. Recordemos que entre otras, es un mandato
dejado por el Señor a sus discípulos antes de subir al cielo (Mateo 28:19-20);
y si le hemos recibido como Señor y Salvador se sobrentiende que también lo
somos. Por tanto nos corresponde
obedecerlo.
Cuando compartimos a una persona
y esta se convierte al Señor, dice la Biblia que hay fiesta en el cielo y por
consiguiente nosotros también recibimos el gozo de la labor cumplida. No dejemos de hacerlo ni perdamos el impulso
si ya comenzamos. Serán lindas coronas
que nos estaremos adjudicando. Roguemos
al Señor porque en este nuevo año, el compartir sea una labor victoriosa. Que siempre brote de nuestros labios: “Aquí
estoy. ¡Envíame a mí!”.
Amado Dios: Te pedimos que pongas
en nuestro corazón el querer como el hacer por tu buena voluntad, para llegar a tantos necesitados que desean saber de ti y
tienen hambre y sed de justicia divina.
Un abrazo y bendiciones.
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