Lectura diaria: Proverbios 11:1-31. Versículo del día: Proverbios 11:28.
ENSEÑANZA
Si nosotros nos renovamos como el follaje, entonces quiere decir que siempre estamos reverdecidos, nunca secos y resquebrajados. El Salmo 1:3 nos afirma que el hombre sabio, el justo, el que se deleita en los mandatos del Señor, se parece a un árbol plantado a la orilla del río, que no se marchita y da fruto. El apóstol Pablo, también nos recomienda renovar nuestra mente, lo cual debemos practicar diariamente para que el mundo no nos aleje de Dios. La manera de hacerlo es teniendo una relación completa con el Señor, leyendo y reteniendo su Palabra para que quede grabada en nuestro corazón y al momento de la dificultad no nos dejemos arrastrar por los enemigos. Considero que un arma poderosa para lograr esta renovación es la constante alabanza a Dios; a través de ella, no sólo le agradamos sino que también vamos cambiando el semblante, lo que permitirá que los demás nos vean alegres, rejuvenecidos y fortalecidos. “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre” (Sal. 103:1), la consecuencia de la alabanza no se hace esperar, es poderosa para colmar nuestra vida de favores e incluso rejuvenecernos como a las águilas. Conclusión: Si deseamos marcar la diferencia, tenemos que aprender a renovar este follaje que Dios nos ha dado: el ser integral (espíritu, alma y cuerpo); así comprobaremos también la voluntad de Dios para nosotros. Permitámosle al Señor que día a día nos vaya transformando, así tenga que ir podando y desechando lo que no sirve.
Un abrazo y bendiciones.
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