lunes, 5 de octubre de 2009

La esclavitud del pecado

Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado –respondió Jesús–.

Juan 8:34.

Lectura diaria: Juan 8:31-41. Versículo del día: Juan 8:34.

ENSEÑANZA

Se tiene el concepto de perder la libertad solamente si se está en una cárcel o secuestrado, pero la libertad también se pierde a causa del pecado, ya que éste de manera deliberada, quebranta los principios y leyes de Dios. Es evidente que cada acto pecaminoso de la voluntad, es fruto de la condición del alma pervertida de la humanidad. La libertad de ninguna manera implica independencia de Dios, sino la aceptación voluntaria de ser siervo de Él. El cristiano liberado de todas las fuerzas del mal, acepta gozoso esta condición. El Señor Jesucristo vino precisamente a darnos la verdadera libertad: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. “Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres” (versículos 32 y 36). El evangelio es la puerta abierta para las condiciones sociales que esclavizan a la humanidad. Drogadicción, robo, suicidio, odio, envidia, inmoralidad sexual en todas sus formas, etc., se pueden dejar atrás cuando aceptamos el único camino que puede romper estas ataduras a través de la única fuerza capaz de derrotar al pecado: el amor divino. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”; “pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”. Es el momento de romper con la esclavitud del pecado y reconocer a Jesucristo como Señor y Salvador personal; de esta manera permitimos que entre a formar parte de nuestras vidas y conoceremos la verdadera libertad.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: