¡Qué el Señor te reprenda, Satanás! ¿Acaso no es este hombre un tizón rescatado del fuego?
Zacarías 3:2b.
Lectura diaria: Zacarías 3:1-10. Versículo del día: Zacarías 3:2b.
ENSEÑANZA
Satanás, vive acusándonos ante el Señor y recordándole nuestros pecados al igual que lo hizo con Josué el sumo sacerdote. Todos los que hemos nacido de nuevo con el Señor Jesucristo, ya hemos sido justificados con su sangre y por consiguiente lavados y purificados en ella. Cuando los secuestrados han sido rescatados, hemos podido percibir en ellos, ropas harapientas y sucias. Los que han intervenido en el rescate lo primero que hacen es ponerles trajes limpios para que su apariencia dé un vuelco total. “Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle: ¡Quítenle las ropas sucias! Y a Josué le dijo: Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas” Verso 4. El hombre puede no estar secuestrado físicamente, pero si estar encadenado por vicios y pecados de los cuales le es difícil desprenderse, pero cuando voltea los ojos y reconoce en Jesucristo al mediador entre Dios y los hombres, su vida puede dar un giro integral y soltar las cadenas que lo tienen atrapado. “Vengan, pongamos las cosas en claro –dice el Señor– ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve!” ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! (Isaías 1:18). No importa que tan sucio te sientas y te encuentres, Dios consigue vestirte hoy, con ropas finas y resplandecientes. Déjate lavar y engalanar por Él. Jesús te dice: Como puedes ver, ¡ya te he liberado de tu culpa!
Un abrazo y bendiciones.
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