¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Salmo 150:6.
Lectura:
Salmo 150:1-6. Versículo del día: Salmo
150:6.
MEDITACIÓN
DIARIA
Tal vez nos pareciera que solamente nosotros somos los únicos que podemos alabar a Dios
y reconocerlo como Tal. Mi madre contaba que en una ocasión estaba en el campo
y un rayo cayó de un momento a otro; o sea sin tormenta ni lluvia, y vió a una gallina hincarse y cacarear mirando al
cielo como pidiendo protección de Dios. Para mi madre este episodio la marcó
terriblemente. Creo que lloró al ver esa escena. Igual dice mi esposo que sucede
en el Llano: el ganado percibe antes un temblor y ellos se hincan también,
bramando al Creador. Recien convertida al Señor, escuché el testimonio de un
muchacho que se fue a orar a un jardín lleno de flores y decía que allí se
sentía la presencia del Señor y se quebrantó cuando de pronto las flores
empezaron a doblarse todas como reconociendo quién se hallaba en ese lugar. Con
todos estos episodios empecé a entender lo que era: “¡Que todo lo que respira
alabe al Señor!”.
Te
pregunto: ¿Tú le alabas? Mira que eres el único ser que tiene poder de
raciocinio, y si lo hacen los animales y las plantas, ¿por qué no lo haces tú? Que
este día no vaya a terminar sin que tu alabanza se haga notoria. Dios está
esperando por ella.
¡Aleluya!
¡Alabado sea nuestro Dios creador de cielos, mares y tierras! ¡Queremos
alabarte y exaltarte bendito Señor Rey del universo! Gracias por darnos la
capacidad no solo de dialogar Contigo sino también la de reconocerte como el
Amo y Señor de la Creación.
Un abrazo y
bendiciones.
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