Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.2 Timoteo 3:1.
Lectura: 2 Timoteo 3:1-17. Versículo del día: 2 Timoteo 3.1.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Estamos en los últimos
días? La verdad, es difícil predecirlo;
pero lo que sí no podemos negar es que los tiempos son bien difíciles. De lo contrario
comparemos lo que está diciendo Pablo a continuación, con lo que vivimos: “La
gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables,
calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más
amigos del placer que de Dios” (vv. 2-4).
Además de esto, encontramos ahora, muchos que dicen seguir a Dios, pero
es una farsa: “Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder
de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!” (v. 5). La Palabra de Dios nos da ciertas pautas como
señales antes del fin; pero también nos dice que estemos despiertos porque del
día y la hora, nadie lo sabe, sino solamente el Padre Celestial (Mateo 24:36).
Ante esto advirtamos
que con los tiempos malos, llegará también la persecución (vv. 12 y 13). El
tiempo que vivimos nos exhorta a apropiarnos de la recomendación de Pablo a Timoteo:
“Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás
convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste” (v. 14 en la lectura); no
olvidando que conocemos el valor y la fidelidad de las Sagradas Escrituras y
que por ellas hemos recibido el mensaje de salvación. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y
útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la
justicia, a fin de que el siervo de Dios
esté enteramente capacitado para toda buena obra” (vv. 16-17). Algo para tener en cuenta, es que llegará el
momento en que nuestra vida será la Palabra abierta para que muchos se
conviertan. Así que preparémonos,
porque los acontecimientos se avecinan.
Amado Padre Celestial:
Nos es difícil determinar los tiempos tuyos, pero te pedimos humildemente que
nos permitas valorar tu Palabra y
aprenderla, guiados por tu Santo Espíritu para tener como enfrentar al enemigo.
Enséñanos a velar y orar en todo momento
para estar listos a tu regreso.
Un abrazo y
bendiciones.
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