domingo, 13 de octubre de 2013

Palabras que agraden a Dios y sean fuente de bendición




Sean, pues, aceptables ante ti  mis palabras y mis pensamientos,  oh Señor, roca mía y redentor mío. 
Salmo 19:14.


Lectura: Salmo 19:7-14.  Versículo del día: Salmo 19:14.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando aceptamos la Palabra de Dios sinceramente, sin titubeos ni cuestionamientos y nos deleitamos en ella, aprendemos a amar sus leyes y mandatos, y el obedecer se transforma rutinario y agradable de practicar. Porque “La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento”;  “Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón” (vv.7a y 8). Eso es: su Palabra nos da nuevas fuerzas; vivifican y alegran  el corazón.
Por lo mismo, para el cristiano, ésta se convierte en el pan diario espiritual que no podemos dejar de ingerir porque si lo hacemos nos debilitamos y caemos.  Sucede exactamente lo mismo que cuando se deja de comer: no se tienen  fuerzas y se llega incluso a quedar postrado en una cama.
Pero esa mesa, la espiritual, esta aderezada con los mejores manjares, deleitables y dulces (v. 10).  Llama la atención porque es deseable;  y Dios la dispone ante nosotros de ese modo para cautivarnos y porque sabe que la necesitamos (Salmo 23:5).
Ahora, si en verdad nos deleitamos con sus manjares, demostrémoslo. Que las palabras que salgan hacia nuestro prójimo sean de edificación, bendición y  exaltación. Que aun nuestros pensamientos estén coordinados con la voluntad de Dios, y sean puros e irreprochables. Que cada vez que nos dirijamos  al Señor, nuestras palabras sean aceptables y agradables a Él.  

Amado Dios: Queremos aprender a deleitarnos completamente en tu Palabra. Que sean gratos ante ti los dichos de nuestra boca y la meditación de nuestro corazón, para que de igual forma, de nuestros labios solo broten voces de ánimo y bendición a los que nos rodean.

Un abrazo y bendiciones.

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