¡Oh Señor Soberano! Hiciste los cielos y la tierra con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. ¡Nada es demasiado difícil para ti! Muestras un amor inagotable a miles, pero también haces recaer las consecuencias del pecado de una generación sobre la siguiente. Tú eres el Dios grande y poderoso, el Señor de los Ejércitos Celestiales. Tú posees toda la sabiduría y haces grandes y maravillosos milagros. Ves la conducta de todas las personas y les das lo que se merecen.
Jeremías 32:17-19. NTV.
Lectura:
Jeremías 32:16-25. Versículos del día: Jeremías
32:17-19.
MEDITACIÓN
DIARIA
Así
como Jeremías le oró al Señor por su pueblo, oremos por el nuestro también.
Recordemos lo que nos dice la Palabra de Dios: “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me
busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su
pecado y restauraré su tierra”. 2 Crónicas 7:14. NVI.
Amado Dios: venimos ante Ti, a dejar todas nuestras cargas a tus pies. Gracias por tu Palabra que nos enseña a orarte reconociendo que Eres el Dios grande y poderoso; el Señor de los Ejércitos Celestiales. El Dios que, como amas y Eres misericordioso, también nos haces ver las consecuencias del pecado. Hoy bendito Señor, así como Jeremías oró por Jerusalén yo te oro por mi país para que seas Tú haciendo que, desde el primer mandatario junto con su gabinete, hasta toda persona en cualquier sitio que se encuentre, te reconozca como el Dios Soberano que Eres. Gracias porque nos pides como tu pueblo que somos, que nos humillemos ante Ti, para que oigas nuestras oraciones y sanes esta tierra. Detén todas las fuerzas espirituales que quieren hacer daño a nuestra nación. No permitas que el enemigo se goce con sus artimañas y el pueblo sufra las consecuencias de sus desmanes. ¡Te necesitamos Señor! Gracias, bendito Señor y Dios nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
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