Y predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.Hechos 28:31.
Lectura: Hechos
28:1-31. Versículo del día: Hechos
28:31.
MEDITACIÓN DIARIA
Pablo no limitaba el
tiempo para hablar del Señor. Aprovechaba
cualquier oportunidad que se le presentaba porque sabía muy bien que los días
se le estaban acabando y quería cumplir a cabalidad su cometido. Por eso mismo,
antes de salir de la isla de Malta donde naufragaron, aprovechó incluso para ir
a visitar al padre de un funcionario principal de esa isla que estaba enfermo,
y orar por su sanidad (vv. 7 y 8). Dios contestó su oración y lo levantó.
Cuando hablamos del
Señor, unos estarán listos para recibir el mensaje; otros tendrán los ojos
cegados y los oídos tapados y no escucharán (vv. 26-27), sin embargo, es
nuestro deber hacerlo; ya lo demás corre por cuenta de ellos.
La verdad, el Espíritu
Santo ha puesto en mi corazón hablar mucho en los devocionales sobre lo mismo:
compartir, compartir y compartir. Yo
misma tengo que ser obediente al mandato y no solamente quedarme con los
devocionales. Mi oración es porque todos entendamos la prioridad de llevar el
mensaje de salvación a tanta persona que lo necesita. Si la gente está
dispuesta a escuchar a brujos y embusteros, ¿por qué no, a Dios? Hay mucha
hambre y sed de justicia; hay miseria espiritual; hay vacíos en el corazón, en
las diferentes áreas y la gente está ávida de un cambio. No podemos callar.
¡Que el Señor nos
motive a ser verdaderos testigos suyos!
Amado Señor Jesucristo:
No queremos ser indiferentes a tu mandato. Enséñanos a ser sensibles a las
necesidades ajenas empezando por el área espiritual de tantos que nos rodean, y
no saben o entienden todavía, que eres el Salvador del mundo y quieres que te
conozcan para darles a ellos también una nueva vida contigo.
Un abrazo y
bendiciones.
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