Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará.2ª. Crónicas 20:17.
Lectura diaria: 2ª. Crónicas 20:1-30. Versículo del día: 2ª. Crónicas 20:17.
ENSEÑANZA
A veces pienso porqué el Señor nos vive repitiendo sobre el confiar en Él y creo que se debe a nuestra continua incredulidad. Podemos ver cuanta muestra de su amor y prodigio nos brinda y a media nada, estamos nuevamente dudando. Somos iguales de tercos y testarudos al pueblo judío. “La batalla no es de ustedes sino mía” (v. 15), dice el Señor. Tenemos que aprender a lanzarnos en sus brazos y quedarnos quietos aguardando la victoria. ¿Por qué temer si estamos en las mejores manos? “Porque yo el Señor estaré con ustedes” (v. 17d). El rey Josafat clama suplicante a Dios ante la amenaza de guerra de sus adversarios. No hace una oración cualquiera, sino que desborda completamente su corazón hacia el Dios de sus antepasados, recordando la promesa hecha a su antecesor Salomón en 2ª. de Crónicas 7:15. “Si clamamos ante ti, en este templo donde habitas, y clamamos a ti en medio de nuestra aflicción, tú nos escucharás y nos salvarás” (v. 9). Efectivamente su oración fue contestada bajo la condición que ellos esperaran quietos, sin miedo ni cobardía y el rey pudo entonces, darle a su pueblo una voz de aliento y esperanza (v. 20). Dios actuó a su manera y obtuvieron el triunfo. Sus contrincantes se destruyeron entre ellos mismos y la acción de gracias a Dios no se hizo esperar; lo alabaron al son de liras, arpas y trompetas. Como consecuencia de esto, el reinado de Josafat disfrutó de paz y tranquilidad. Varios aspectos para tener en cuenta y sacar como conclusión: Orar y poner ante Él todas las cargas y opresiones; confiar en el Señor dándole el campo necesario para que actúe; al recibir los favores ser agradecidos y rendirle toda la adoración y alabanza que merece. Por último, entender que la obediencia trae bendición y por consiguiente gozaremos de bienestar y sosiego, sabiendo que estamos haciendo las cosas como Dios quiere.
Un abrazo y bendiciones.