martes, 31 de marzo de 2015

Sin cansarnos de hacer el bien




¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados! 
Proverbios 31:8-9.


Lectura: Proverbios 31:1-9.  Versículos del día: Proverbios 31:8-9.

MEDITACIÓN DIARIA

No tienen voz los indefensos, los desprotegidos; en una palabra, la población más vulnerable. Aquellos que no tienen dinero para pagar un abogado y los despojan de sus pertenencias. Infortunadamente en nuestro país vemos estos casos a diario. Al campesinado lo han desalojado de sus terruños donde muchos han tenido sus tierritas desde siempre ya que han pasado de generación en generación, y de la noche a la mañana se encuentran en la calle porque grupos al margen de la ley los han hecho entregar sin querer lo que ha sido su trabajo y fuente de ingresos por años. La injusticia social sigue latente y los de cuello blanco también roban y maltratan, sin darse cuenta que esto es lo que vale para la tan anhelada paz. Isaías dice que la paz es producto de la justicia, y su fruto serán tranquilidad y seguridad (Isaías 32:17), y así es.
Nosotros como cristianos tenemos una misión que cumplir con esta población. ¿Cómo?  Primero que todo si nos uniéramos como una sola fuerza podríamos lograr mucho. Da tristeza sin embargo, que las iglesias cristianas están llenas de gente pero gente no comprometida. Gente que busca sus propios intereses y el dolor ajeno le es indiferente. Al menos, creo que podemos colocar nuestro granito de arena cuando tenemos que elegir a los que regirán el rumbo de la nación. Tomar conciencia ciudadana y hacer las cosas como Dios desea que se hagan. Si nuestro corazón no se conduele con el necesitado quiere decir que poco conocemos a Dios. Individualmente también podemos contribuir con la causa, compartiendo algo de lo que Dios nos ha regalado. Hay que consolar y asistir al desprovisto. Seguro que si miramos más allá, vamos a encontrar la manera de ofrecer ayuda y Dios nos lo agradecerá porque servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor y Él tendrá muy en cuenta estas buenas acciones (Proverbios 19:17). Aprendamos con ojos compasivos a ser parte de la solución y no del problema, sin cansarnos de hacer el bien.

Amado Padre: Agradecemos tu amor y bondad por permitirnos vivir sin premuras. Señor, enséñanos a compartir lo que tenemos y a dar sin prejuicio ni tacañería, sabiendo que Tú nos devolverás al ciento por uno la semilla sembrada.

Un abrazo y bendiciones.

lunes, 30 de marzo de 2015

Si la naturaleza lo hace ¿por qué nosotros no?




Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. 
Salmo 19:2.


Lectura: Salmo 19:1-15.  Versículo del día: Salmo 19:2.

MEDITACIÓN DIARIA

El día comienza con la salida del sol y termina con la salida de la luna. Así es y ni el más sabio o instruido de los hombres por científico que sea puede cambiar ese rumbo. Dios decidió que fuera así y nadie puede alterar el transcurso de los días con sus noches. Por ese detalle, grandioso detalle, el día y la noche por sí solos proclaman la gloria de Dios y por consiguiente continúan transmitiéndolo al nuevo amanecer.
El ser humano  es parte de esa magnífica creación y si los cielos cuentan la grandeza de su obra de manera tan ordenada y eficaz, me pregunto ¿por qué el hombre se empeña en cambiar el rumbo de su esencia original? Si precisamente Dios le dio un lugar señoreando sobre su majestuosa obra, ¿por qué actúa neciamente haciéndose menor a lo que Él le ha puesto sobre su dominio?  Deberíamos seguir el ejemplo de la naturaleza y más bien emitir día tras día, noche tras noche, el esplendor de su gloria en nosotros. “Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible (v. 3); el testimonio de cada uno hablará por sí solo y su Palabra se esparcirá  hasta los confines del mundo.   

Amado Señor: Al contemplar el firmamento adornado con tus miles de estrellas y entender que ellos sin hablar expresan tu soberanía y gloria, no podemos menos que pedirte perdón por no permitir que tu Nombre sea exaltado como debiera ser por nuestra rebeldía y autosuficiencia queriendo cambiar la obra majestuosa de tu creación. Enséñanos a emitir tu voz salvadora para que la humanidad caída contemple al Dios Todopoderoso, Soberano y Misericordioso que puede regenerar vidas.

Un abrazo y bendiciones.

domingo, 29 de marzo de 2015

El fuego del Espíritu aviva nuestra lámpara



Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas. 
Salmo 18:28.


Lectura: Salmo 18:25-36.  Versículo del día: Salmo 18:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Un nuevo amanecer es un nuevo día. Es apreciar la luz del Señor brillando en nuestras vidas y es motivo de regocijo y agradecimiento al Dios de la creación. Al igual que esta luz sale para darnos claridad y calor, también espiritualmente la lámpara de su Palabra cada día está dispuesta para no estrellarnos y para que aun en medio de las tinieblas podamos ver y proseguir.
Muchos andan de noche y tropiezan porque no tienen luz (Juan 11:10).  Sus ojos están enceguecidos; pero nosotros somos de los que andamos en el día; gozamos de la presencia de su Santo Espíritu y su Palabra nos instruye y dirige por sendas de justicia. Es Él quien está presente para que el aceite de la unción no se extinga; por lo mismo Pablo nos exhorta a no dejarlo apagar. Al contrario, hay que dejar que el fuego de su llama avive por completo nuestro ser para que siempre estemos alumbrando cual lámpara encendida.

Amado Señor: Úngenos con tu Santo Espíritu para que la llama de su luz arda por donde quiera que nos dirijamos. No permitas que el aceite de la unción se disminuya porque nuestra luz declinará. Queremos ser lámparas que siempre lleven luz, no solamente para  no tropezar si no para poder también alumbrar a los que andan en tinieblas. ¡Gracias buen Dios!

Un abrazo y bendiciones.